Hoy quería presentaros el Shodô que aunque no soy una experta en ello, el sumi-e está tan ligado a él que cuando practicas una terminas haciendo la otra. De hecho teniendo los tesoros del sumi-e puedes practicar shodô. Y es que como mencioné en mi entrada de los honorables caballeros, el sumi-e es un camino a recorrer como cualquier práctica oriental que termine en DO.
El shodô se compone de los kanjis escritura y camino 書道, de ahí que enfatice tanto el hecho que cualquier disciplina terminada en DO probablemente se trate de algo de por vida.
La diferencia principal y más notable entre el shodô y el sumi-e, es que el sumi-e se centra en la pintura y el shodô en la escritura. Utilizar ambos en una pintura es muy normal porqué suelen estar cargadas de simbolismo. Pero mientras el sumi-e trabaja los elementos, el shodô trabaja las palabras. Es verdad que comparten herramientas y disciplina, pero el eje central varía. Igualmente el trasfondo filosófico se encuentra en ambas prácticas y de hecho quien domina ambas artes puede crear composiciones más complejas cargadas de energía.
Esto es importante de entender porque todas estas prácticas nacen desde la humildad para encontrarse en un estado meditativo y contemplativo. Hay intención, pero flexibilidad en ello. ¿Qué quiero decir con todo esto? El propósito no es sólo para el artista sino quien recibe este arte se lleva como un “amuleto” de todas las bendiciones que ha dejado el artista.
Mientras que en el sumi-e nos encontramos con los 4 honorables caballeros en el caso del shodô nos encontramos con 5 estilos que varían en función de la formalidad y ornamentación.
Estas estilos se conocen por:
La escritura tensho es la que se emplea en los sellos. El mismo sello con el que se firman las pinturas sumi-e pueden ser de escritura tensho. Y aquí se diferencian de dos tipos:
La escritura administrativa parte del tensho, pero al ser algo más simplificada y ligeramente cursiva se hace más fácil de entender.
Uno de los rasgos diferenciales de este estilo al anterior es la variación de grosores de los trazos resultante del cambio de presión con el pincel -algo que también aporta ritmo a la escritura-, por otro lado pasan de ser caracteres verticales a caracteres horizontales.
Es la caligrafía más usada a diario tanto en Japón como en China. Los trazos son precisos, carentes de ornamentación, es el estilo más fácil de entender. Tiene estrictas normas en el orden de los trazos. Aunque si os soy sincera, en mi estudio de kanjis, para aprenderlos tenías que saber el orden de los trazos porqué, por experiencia propia, si te saltas algo se puede ver extraño. Por lo que entiendo que dada su neutralidad y poca libertad artística, se hace ése estricto orden para que la palabra llegue a ser leída y entendida con facilidad.
Compuesto por el kanji que se utiliza para ir y el de escribir se entiende que a diferencia de las anteriores esta tiene movimiento, es ágil y ligeramente en cursiva. Algo más informal que el estilo Kaisho, sus formas son redondeadas y cada final de trazo se une con el siguiente dando ritmo. El Gyosho se basa en un orden de trazos como en el kaisho, aunque no tan estrictamente como en el anterior, lo que le da más libertad al artista.
Este estilo de escritura es el que personalmente me capturó más y me maravilló. Se traduce literalmente como “escritura hierba” y es que sus trazos son tan libres que parecen fluir como el viento a través de las hierba. Hay que ser consciente que la escritura esta hecha para ser leída, lo que hace de este estilo especialmente complejo por su uso totalmente artístico. No es fácil de leer si no dominas la técnica, dada la simplificación del kanji y sus curvas, su aprendizaje se produce después de tener unas bases solidas con el kaisho y el gôsho.
Hago un inciso para recordaros que yo no soy una experta en el shodô, todo lo que conozco me ha venido gracias al sumi-e pero no estoy tan familiarizada como con él porqué se trata de otra disciplina que requiere de mucha práctica y tiempo, así que si algún experto en Shodô lee mis palabras y encuentra que no son acertadas, agradezco todo feedback. Sabemos que esto es un camino largo y sin los mentores adecuados se hace complicado desde occidente.
Por otro lado en occidente aunque no le damos este matiz tan espiritual, también podemos practicar el camino de la escritura. Nuestra visión se ha volcado más en el lettering y la caligrafía. Si os interesa este mundo de la escritura pero oriente os queda muy lejos Miren Beloqui tiene un artículo sobre caligrafía que seguro que os encantará, además de diferentes recursos para personas zurdas que quieran practicarla.
Espero que aunque el shodô suene lejano, podáis practicar el poder de las palabras sea con él o con las técnicas caligráficas que tenemos aquí.
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