Hace una semana asistí a uno de los talleres por la ecología y la sostenibilidad que se organizaba en el marco de las 48h (#agroverd48h) en Barcelona. El taller era de “ecología interior” un concepto bastante interesante si pensamos que somos seres vivos y también debemos cultivarnos.
Sin embargo la desconexión que estamos sufriendo cumpliendo unas expectativas de vida o carentes de ellas, o unos roles que no nos tocan, dentro de un mundo con un avance tecnológico desmedido sin una educación digital hacen que esta idea de “cultivarnos” nos parezca cuanto menos mística y volada.
El taller se ha realizado desde un punto de vista científico, cosa que me recordaba a la cantidad de libros que he devorado sobre cómo funciona el cerebro humano y por qué actuamos como actuamos, por lo que todo me era muy familiar.
Porqué si hay que entender algo, lo primero es saber que el cerebro humano no está diseñado para ser feliz. Partimos de un lugar hostil en el que encontrar comida y permanecer fuerte era vital para la supervivencia.
Primera revelación: el cerebro humano no está hecho para que seas feliz
Al comenzar a entender esto podemos empezar a entender que cuando sufrimos un exceso de preocupación no es que seamos personas negativas o agoreras, simplemente el cerebro está haciendo lo que mejor sabe hacer, ayudarte a sobrevivir. El problema surge cuando ésa preocupación se vuelve en una ansiedad que te incapacita.
Pero entonces, ¿por qué hay personas que parecen más felices y despreocupadas que otras si todos los cerebros buscan sobrevivir? Y aquí te traigo la segunda revelación, el 50% de tu “felicidad” lo heredas genéticamente y el 10% son por causas externas. ¿Has notado que hay un 40% restante que depende de ti? Aquí entra el “entrenar la felicidad”
Segunda revelación: se ha demostrado científicamente que el 50% de tu felicidad se hereda genéticamente, el 10% es por causas externas y un 40% es por tu actitud.
Ahora que sabemos esto la pregunta es, ¿y cómo y cuándo podemos entrenar la felicidad? Porqué os diré una cosa, aunque yo sabía esto por mi interés en el diseño centrado en el ser humano, tampoco sabía muy bien como podía ser eso de “entrenar la felicidad”, Había leído sobre cultivar la creatividad observando cosas verdes ya que se había demostrado también que tomar pausas y ver verde puede desbloquearte y despertar lo que hay en ti. Porqué te haré otra revelación que no se trató en el taller, pero que es igualmente interesante de saber para quienes tiraron la toalla en lo de crear e imaginar. Todos somos naturalmente creativos, que sientas que no lo eres es porque no lo has cultivado y has olvidado como crear.
Revelación extra: todos somos naturalmente creativos.
Dicho esto volvemos a la felicidad. Empecemos por un principio que yo ya tenía muy arraigado gracias a practicar sumi-e y toda la carga que tiene detrás y es que la felicidad como meta no existe. En occidente ser feliz es como un objetivo de vida, sin embargo en oriente se entiende que la felicidad es un estado y como estado no puede ser permanente. La primera parte para ser feliz es ver que no puedes ser feliz siempre. ¿Qué contradicción no? Sin embargo si esto se entiende podemos empezar a ENTRENAR LA FELICIDAD.
Hay momentos de tristeza máxima, incluso desazón que nos llevan a un abismo existencial. Ése momento no es el momento para entrenar la felicidad por mucho que se sienta que se necesita la felicidad como “cura”. Entendamos que todo es un estado y los estados no son permanentes, así que acepta el proceso por mucho que duela. Es necesario pasar por ello para crecer, evolucionar y despedirse de lo que no nos hace sentir bien.
Por otro lado tenemos los momentos de plenitud máxima, que sentimos que todo está perfecto, pletóricos y felices. Pues ése momento tampoco es el momento de entrenar. Disfruta de ése estado y cuando vuelvas a la neutralidad de “no estoy bien, ni estoy mal” ÉSE ES EL MOMENTO.
Para saber el cómo, debemos saber dónde se encuentran nuestros pensamientos. ¿Están en el pasado, presente o futuro? Quizá ya lo hayas escuchado múltiples veces en alguna clase de yoga o mindfulness, pero estar en el PRESENTE es clave para la felicidad. ¿De hecho te has dado cuenta que el presente es el lugar más poblado por niños? Para ellos no hay pasado y ni piensan en el futuro, solo esta el ahora. Ellos ríen hasta 10 veces más que un adulto lo que aumenta los niveles de serotonina y oxcitocina, lo que se traduce en felicidad y mejor sistema inmune.
Y dirás quizá “no tengo tiempo para esto” pero ¿no merece la pena estar presente para disfrutar de ti? Si no tienes tiempo ni para ti, entonces el tiempo que dedicas a otras cosas no es tiempo, es tu salud y vitalidad. Y aquí se termina tu entrenamiento de la felicidad.
Esto como podéis leer puede llegar a ser un tema extenso, razón por la cual lo he dividido en dos partes, una para entender cómo funcionamos y cuándo es el mejor momento para entrenar y la otra se centra más en ésas técnicas, aunque por aquí ya os he dado algunas para empezar. Porqué obviamente hay muchos modos de entrenar la felicidad. Cultivando la creatividad por ejemplo, es otra manera de llegar a ella. Recordad, somos eternos creadores.
Como he comentado anteriormente, en esta primera parte me he querido centrar en entender porqué nos cuesta ser felices y el momento adecuado para entrenar. Así que resumiendo esta primera parte para empezar a entrenar tu felicidad debes ser consciente de que:
Dicho esto agradecer la experiencia de Manuela Pulido y su propuesta dado que el marco donde se presentaba este taller era sobre el consumo, ecología la sostenibilidad , pero bien llevado tiene mucho sentido y eso lo veremos en la segunda parte.
¿Necesitas para tu proyecto y/o empresa alguien polivalente, versátil, con iniciativa, una visión diferente y siempre con ganas de crecer y aprender?
